viernes, 13 de noviembre de 2015

Homero, Héctor y Reverte. ¿Por qué leer a los clásicos?

Me gusta Reverte. No pierde ocasión de mostrar su agradecimiento por la formación que recibió y muy especialmente por las lecturas que disfrutó y que le siguen dando claves valiosísimas para enfrentar al mundo y entenderlo. Entre ellas, los clásicos griegos y latinos ocupan un lugar preferente que él resalta y repite con asiduidad. Esta semana, en su colaboración "Patente de corso", se refiere a Homero como "el viejo amigo" y rememora la magnífica escena de la Ilíada en que Héctor se despide de su esposa y su hijo pequeño. Al llevar puesto el casco, el niño se asusta y llora; Héctor, el magnífico y valiente Héctor, se quita el casco y sonríe con ternura antes de partir de nuevo a la lucha. Reverte recuerda haber reconocido ese mismo gesto en un oficial durante la guerra en Beirut, del mismo modo que rememoró las llamas de Troya en Sarajevo. Así termina:"... canto VI de la Ilíada. Contarles a ustedes una de esas veces en las que vi a Héctor despedirse de los suyos. Y gracias a los libros leídos, pude reconocerlo". Queridos alumnos: leed la Ilíada, la Odisea, la Eneida...,leed cuanto podáis. Cambiarán los protagonistas, pero las grandes historias son las mismas y los buenos libros nos ayudan a reconocerlas. Todavía tenemos mucho que aprender de los clásicos.
Johann Heinrich Wilhelm Tischbein

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